La alfa-sinucleína es una proteína presente en el cerebro y las células nerviosas. Sus funciones normales son poco conocidas. Sin embargo, cuando una forma anormal de esta proteína se acumula en el cerebro y el sistema nervioso, puede provocar graves trastornos neurodegenerativos. Estos se conocen colectivamente como sinucleinopatías. La enfermedad de Parkinson es la más común. Otras incluyen la demencia con cuerpos de Lewy, la atrofia multisistémica y la insuficiencia autonómica pura.
Estos cuatro trastornos presentan algunas similitudes. Los síntomas comunes incluyen temblores, cambios cognitivos y discapacidad progresiva. No existe una forma fiable y cuantitativa de detectar estas afecciones ni de medir su gravedad. El diagnóstico suele depender de la evaluación de especialistas en trastornos del movimiento o cognitivos.

Un equipo de investigación, dirigido por el Dr. Christopher Gibbons del Centro Médico Beth Israel Deaconess, ha estado trabajando para identificar biomarcadores accesibles que puedan ayudar en el diagnóstico de sinucleinopatías. Ellos y otros científicos habían descubierto previamente que se podían detectar formas anormales de α-sinucleína (fosforilada o P-SYN) en diversos tejidos corporales, incluyendo las fibras nerviosas de la piel. Diseñaron un estudio para evaluar si la presencia de P-SYN en biopsias cutáneas simples podía identificar a personas con sinucleinopatías. El estudio se llevó a cabo en 30 centros, incluyendo consultas de neurología tanto académicas como comunitarias.
Más de 400 participantes se inscribieron en el estudio entre febrero de 2021 y marzo de 2023. Esto incluyó a 277 personas diagnosticadas con una de las cuatro sinucleinopatías según criterios clínicos. Otras 151 personas sin antecedentes de enfermedades neurodegenerativas sirvieron como grupo de control. El número de hombres y mujeres fue prácticamente igual.
Todos los participantes fueron evaluados por un panel de expertos para confirmar sus diagnósticos. Se les tomaron pequeñas biopsias de piel (3 mm) en tres lugares: cuello, rodilla y tobillo. Posteriormente, se analizaron para detectar la presencia de P-SYN. Los resultados se publicaron en la Revista de la Asociación Médica Americana el 20 de marzo de 2024.
El equipo descubrió que las biopsias cutáneas permitían detectar una alta proporción de participantes con sinucleinopatías. Se detectó P-SYN en el 93 % de los pacientes con enfermedad de Parkinson clínicamente confirmada (89 de 96 personas). Las biopsias fueron aún más eficaces para las demás afecciones, identificando al 98 % de los pacientes con atrofia multisistémica (54 de 55) y al 96 % de los pacientes con demencia por cuerpos de Lewy (48 de 50). Además, las biopsias identificaron a los 22 participantes con diagnóstico clínico de insuficiencia autonómica pura. En cambio, se detectó P-SYN solo en el 3 % de los participantes de control.
Los niveles de P-SYN en las biopsias también se correlacionaron con la gravedad de la enfermedad. Las biopsias cutáneas fueron bien toleradas y no provocaron infecciones ni otras complicaciones graves.
«Con demasiada frecuencia, los pacientes experimentan retrasos en el diagnóstico o reciben diagnósticos erróneos debido a la complejidad de estas enfermedades», afirma Gibbons. «Con una biopsia cutánea sencilla y mínimamente invasiva, este estudio demostró cómo podemos identificar de forma más objetiva la patología subyacente de las sinucleinopatías y ofrecer mejores respuestas diagnósticas y atención a los pacientes».
Se necesitarán más estudios para validar estos hallazgos en poblaciones de pacientes no incluidas en el estudio y explorar cómo se podría utilizar mejor este enfoque en la clínica.
Fuente: nih.gov